lunes, 1 de septiembre de 2014

Cuidadores Autorizados: Esperanza Martín

Presidenta de Honor, Esperanza Martín
Una de las primeras cuidadoras habituales que tuvieron los gatos de Polvoranca fue Espe. Actualmente es la más veterana del grupo y la pedimos que se convirtiera en nuestra Presidenta de Honor. A regañadientes aceptó. El que conozca a Espe, y son muchos los que la han tratado en este sector, saben que no hay nada más lejos de su deseo que el reconocimientos. Ella dice que ayuda a los animales y que lo demás es tontería.
Lleva ayudándolos desde que... bueno, no lo recuerda porque en realidad lleva haciéndolo desde siempre. A Espe la conocen en el sector multitud de asociaciones y cuando algún particular la avisa para que salve a cualquier peludito no se lo piensa, lo deja todo y sale corriendo.

Acoge a los pequeñitos que sacamos del parque cuando sus madres los han abandonado y están demasiado enfermos para seguir viviendo. Ella, con paciencia y cariño, los alimenta con el biberón, los arropa con mantitas suaves para que no pasen frío, los medica... y hace las veces de esa madre que no pudo cuidarlos. Muchos de nuestros pequeños le deben la vida... y hasta la felicidad de ser gatos preciosos felizmente adoptados.

Espe lleva muchas más colonias que la del Parque de Polvoranca. Cerca de su casa, varias camadas reciben sus atenciones. y no solo gatos, también los patos (con "p") constituyen el desvelo de sus noches. Como no podía ser de otra manera, siempre lleva el maletero del coche con varias bolsas de pan duro y pienso barato de gatos para dárselo a los patos de Polvoranca.

En cuanto consigamos más ayuda en el parque, Espe abandonará su tarea de alimentar a los gatos (y a los patos :))) para dedicarse íntegramente a la difusión, la adopción y el cuidado de los animales recogidos... dentro de las labores de AFAP... y continuará alimentando y cuidando a todos los "bichitos" de dos patas, tres, cuatro o las que sean que necesiten su ayuda.

Aunque no somos suficientes, somos unos pocos más. ¡Conócenos!:

Una buena acción no cambiará el mundo, pero cambiará el mundo del que la recibe. 

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